¿Será bueno que este edificio sea circular?.
Solo la he visto una vez, y apenas ha sido de reojo, apenas una silueta, sombra parca e indiferente, ignorante de mi existencia, solo he visto una larga, lisa y oscura cabellera que ya me pregunta el que acaso no podré olvidarla, solo he visto un débil perfil que ya me pregunta el que acaso no podré olvidarla. Esto es lo que me tiene cavilante y silencioso.
Una semana y apenas unos mínimos rasgos que no me dejan recordar siquiera como es su rostro, aunque no crea en muchas cosas, en estos tiempos dudo que no exista eso del amor a primera vista, y sé que aquella vez ella no me vio, pero no resto valor a esta sensación rara de conexión que ya tenemos, de gustos en común de valorar el pensar, el escuchar, el observar; Ahora prefiero dormir para dejar de sentirme tan paranoico... ¿Pero dónde estará?.
Dos semanas todos los días recorriendo ese estrecho pasillo muy iluminado del tercer piso, leyendo a propósito un mural informativo que desde el año anterior dice lo mismo, es este el sitio donde por única vez la vi, o más bien la sentí, en un día de mucho sol, un tanto caluroso, tal como hoy, lunes tres de la tarde, me parece que estas condiciones son más favorables para volver a verla. El jueves pasado no fue lo mismo, eran las siete de la tarde, casi de noche, mucho frío y mi mente agotada tras un día nublado, oscuro. Aún creo que la conoceré o por lo menos que la volveré a ver, pero será un lunes caluroso a las tres de la tarde.
Comienza la tercera semana, es un lunes caluroso, creo será el último pues ya se acerca el otoño, seguramente es la última oportunidad para volver a verla, son las tres de la tarde y no la he visto pasar, ¿De qué sirve un edificio circular si el azar es mezquino y egoísta conmigo?. Angustia y resignación me copan, siento nada más, nada menos, comienzo el camino a casa, me alejo del círculo edificio que me mantiene en un círculo de pensamientos y sentimientos que emanan de su pálida figura, casi por un momento me alivió el verme pensando en otra cosa, pero el firme deseo de devolverme al edificio sin razón alguna, y solo la esperanza de mirarla por segunda vez fueron más fuertes. En un momento me reía caminando en dirección opuesta a mi casa, ¿Qué haría al volver a entrar a ese edificio? ¿Cómo pasaría desapercibido el hecho de entrar a hacer nada?. Levemente me ofuscaba...
(Por francisco Rosas J.)
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