La pared blanca enfrente me provoca una sensación ambigua, de tan blanca se pierde y a mí, inconsciente en la marea de mis cavilaciones que se pudren. La muralla no es más que eso, pero no sé... me atrapa más y vuelve, se viene encima y retrocedo y qué, no hay nada allá, solo más pared blanca y más atrás, más atrás.
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