19.3.10
como una llamita que se consume
Prefiero el reposo, pero la euforia me consume y me apaga, como una llamita que se disuelve junto al último tramo de mecha en un apagón general, la oscuridad me llena.
La indiferencia me quema como la acidez, mi indiferencia, mi acidez (y no mi amargura) nunca serán dirigidas a alguien que no ame con vehemencia "con el fuego abrazador" que me tala el corazón. Cuando te miro no entiendo cómo no vez mi ira, más que indiferencia siento rencor y me duele que no lo veas, que no entiendas que mi aparente rechazo absoluto hacia tu persona es un enojo fervoroso, como mi pasión, mi alegría, y mi amor. No lo vez como no vez muchas cosas más en ellos, y te pierdes, te pierdes en planos absurdos, en recovecos sinuosos que te adormecen. Extraño que vean en ellos.
Odio esperar tanto, querer libertad coartada por represiones que tienen que ver en el fondo solo con ego. Me molesta la facultad y la propiedad con las que predico y mi falta de movimiento para impedirme los celos, el enojo furibundo y la impulsividad que me caracteriza. Tengo un reposo tibio en un mar de libertades que no existen, preguntándome por faltas de lealtades o por relaciones o lazos que no deberían importar pero lo hacen. Odio esa parte de mi, dar importancia a las cosas que no la tienen, dormir con el pecho oprimido y tragarme la rabia de sentir que lo que siento está mal, y aún así no poder cambiarlo...